¿Humillados y ofendidos? Sí, pero de la mano de Meryl Streep
La vida póstuma de los traductores es ingrata y turbulenta.
David Remnick. The translations wars. THE NEW YORKER
Gracias a este estupendo artículo he conocido la figura de Constance Garnett, responsable de la traducción de alrededor de setenta obras del ruso al inglés entre 1893 y 1934 y la primera en traducir a Tolstói, Dostoyevski, Turgenev y Chéjov. Su producción fue alabada, criticada y denostada por los exiliados rusos, entre ellos autores de la talla de Vladimir Nabokov, que calificó sus traducciones de "completo desastre" (hay que decir, en defensa de Garnett, que Nabokov era bastante quisquilloso con las traducciones). Llegó a decirse que alteraba el estilo de los autores y que cuando se topaba con una palabra desconocida, la suprimía. En palabras de Joseph Brodsky, el motivo de que los lectores de lengua inglesa fueran incapaces de distinguir a Tolstói de Dostoyevski es que en realidad no leían la prosa de ninguno de los dos, sino la de Garnett. Lo que es indudable es que su trabajo fue esencial en la difusión de la obra de los novelistas rusos entre el público británico y estadounidense.
A principios de los 70 Constance Garnett se convirtió en el personaje central de "Los idiotas Karamazov", una sátira acerca de la literatura rusa del s. XIX protagonizada por una joven Meryl Streep. Según su personaje la traducción correcta de "homosexual histérico" al ruso sería "Tchaikovsky". Años de trabajo dejándose las pestañas hoja tras hoja para acabar retratada como una loca ridícula. Es más, da que pensar que para una vez que un traductor protagoniza una obra, se trate de una parodia. Sin duda, la posteridad de un traductor puede llegar a ser muy dura.
Pero no todo fueron burlas para Miss Garnett. El escritor D.H. Lawrence, sin ir más lejos, quedó maravillado ante su prodigiosa capacidad de trabajo y su insobornable voluntad para traducir sin descanso. Se atribuye a su labor gran parte del mérito de la rápida influencia de la literatura rusa en la novela americana a principios del s. XX. Hemingway, por ejemplo, leyó algunas de sus traducciones en las estanterías de la mítica Shakespeare & Co y quedó prendado de su profundidad. Sus traducciones de Chéjov y Turgenev (su autor favorito) recibieron críticas positivas de algunos exiliados rusos. Aunque era una mujer enfermiza y padecía graves problemas de vista, siguió traduciendo sin descanso. Su última obra, la traducción de "Guerra y Paz", la dejó al borde de la ceguera y tuvo que contratar a una secretaria que le leyera los textos originales y dictarle su versión al inglés.
No deseamos perturbar aún más el descanso eterno de esta entregada traductora. Por eso creemos que es justo acabar con una cita favorable a su trabajo del profesor de literatura rusa Donald Rayfield: "Su destreza a la hora de desenredar complejos nudos sintácticos y su investigación sobre los términos correctos para las numerosas plantas, pájaros y peces de Chéjov es impresionante.... Su inglés no es sólo casi contemporáneo al de Chéjov, a menudo es comparable".
- Tags: chejov, constance garnett, críticas, Dostoyevski, literatura rusa, nabokv, tolstoi, traductora, turgenev
Macarena Rodríguez Villa-Real, 27. Abril, 2011 | #
Pero si me veo en la necesidad, no dudaré en usar una de estas!...
Carmen, 15. Abril, 2011 | #
Begoña Antón, 25. Marzo, 2011 | #
Macarena Rodríguez Villa-Real, 10. Febrero, 2011 | #